Verónica Espinoza (Periodista) Mi libro no les asegura que lo lograrán, es solo una guía para que aprendan técnicas empresariales y las usen para lograr sus objetivos sin excusas, sin culpar a los apitutados o los que siempre se ganan los proyectos.

V.E Llevo 10 años asesorando sellos discográficos, bandas y solistas en temas de comunicación y marketing, realizo gestión de prensa, hago clases y de vez en cuando produzco eventos y soy parte del Consejo de Fomento de la Música Nacional en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en representación del sector fonográfico. Todo ello me permite tener una visión bastante amplia y con los pies en la tierra de cómo funciona la industria de la música en Chile.

 

 

V.E  Me llamó la atención el periodismo desde muy chica, siempre con ganas de dar a conocer el punto de vista de sectores que no tenían el poder de los medios o que solían ser omitidos. Por esa razón es que mis comienzos fueron en radio cubriendo tribunales y, principalmente temas de Derechos Humanos. De a poco empecé a trabajar en el mundo de la cultura, con danza, teatro…10 años en el mundo del libro y sin querer llegué a la música con un par de libros de Pedro Aznar de los que tuve que encargarme de la promoción y de sus eventos de lanzamiento. Me salí de la editorial, hice mi productora y agencia y empecé a trabajar con música, donde conocí a Germán Torres del sello IGED Records que me enseñó un montón sobre la industria, me mostró el mundo de la música desde dentro y me impulsó a compartir mis conocimientos a través de charlas. Una vez dentro, me sentí tan en mi lugar que no he parado de estudiar e inventar estrategias para apoyar a más y más artistas desde los distintos frentes en los que me encuentro como lo son las asesorías, la academia y las políticas públicas.

 

 

V.E Creo que una gran virtud es la asociatividad. Cuando faltan los recursos, las colaboraciones ayudan a seguir adelante con nuevos proyectos. También la creatividad es algo que surge mucho más cuando hay crisis, y Chile siempre ha estado en esa situación. De los defectos, creo que el peor es la soberbia, donde hay músicos que se creen superiores a otros y en vez de apoyarse, funcionan en base al chaqueteo y a las amistades por interés.

 

 

V.E Hablando con tanto músico, revisando materiales que me enviaban y observando su comportamiento me di cuenta de un montón de errores comunes que estaban cometiendo, por lo que empecé a publicar los “Consejos que nadie me pidió” en mi Facebook. Cada cierto tiempo, escribía 10 tips de marketing musical, donde sugería hacer las cosas de una mejor manera. Cada vez que lo hacía recibía muchos comentarios y se compartían muchísimo y, a modo de anécdota, una vez un periodista plagió mis consejos y escribió un artículo que luego publicó en un medio nacional. Por otro lado, desde un instituto en el que trabajé me encargaron escribir un manual en una semana y logré hacerlo, después me encargaron otro y también lo hice. Entonces dije, ¿por qué no hago mi libro? Y así fue como me tardé un mes en escribirlo, ya estaba casi completo en mi cabeza, solo me faltó investigar un poquito más y lo concreté.

 

 

 

V.E  Los libros de marketing en general están escritos por ingenieros que no piensan en el público que no es del mundo empresarial, están en un idioma muy difícil de entender, son aburridos y con mucho texto. Lo que hice fue, no inventar la rueda, solo simplificar dicho contenido, lo hice más amigable y fácil de entender para cualquier músico, productor o agente de la industria, sin importar su nivel educacional. Ya no estamos en la Edad Media, es importante democratizar el acceso a los conocimientos, que no solo deben estar en la academia. Entonces la dejé a disposición de quién no vea la música como un hobbie, que son aquellos que se la toman en serio y quieren algún día vivir de ella. Mi libro no les asegura que lo lograrán, es solo una guía para que aprendan técnicas empresariales y las usen para lograr sus objetivos sin excusas, sin culpar a los apitutados o los que siempre se ganan los proyectos. Llegó la hora que se empoderen, que trabajen en serio para salir adelante, trabajando en su propio desarrollo.

 

 

V.E Las bandas consagradas ya son tan reconocidas y aseguran audiencia solo por el nombre, entonces son los mismos medios los que corren tras ellos para hacerles una nota o una entrevista, por lo que ya casi no necesitan ni escribir un comunicado de prensa. Es suficiente con que anuncien e sus redes sociales que vuelven, que sacarán un nuevo disco o que tocarán en algún lado y todo se alborota. He visto como periodistas, incluso de algunos medios alternativos están atentos a acreditarse a como dé lugar para ir a “cubrir”  y muchas veces no escriben ni un review porque en realidad fueron por que eran fans de la banda. En cambio con bandas under o más desconocidas hay que hacer sí o sí comunicado de prensa, estar insistiendo, mandar mails, llamar, mandar muchos whatsapp para que al menos tomen en cuenta a la banda y publiquen la nota, o la escuchen. De ahí pasar a que los entrevisten o vayan a cubrir es mucho más difícil. Por eso hay que ser constantes, asegurarse que la banda entregue el material adecuado y entregar todo lo que necesita el medio para considerarlos.

 

 

V.E Lo primero es la planificación estratégica, que todo lo que hagan sea coherente con el proyecto, que no pierdan el foco de las audiencias (siempre trabajar en potenciar la comunidad de seguidores), estar atentos al entorno, explorar nuevos sonidos, tecnologías, servicios y formas de hacer las cosas. Dejar de criticar lo que hacen los otros y centrarse en el crecimiento personal y en fortalecer su proyecto musical. Trabajar asociativamente, vincularse, hacer alianzas con otros músicos, con centros de eventos, etc. Investigar a los profesionales antes de trabajar con ellos, consultar a clientes sobre su experiencia, cotizar teniendo claros los objetivos que se quieren lograr. Creo que hay que partir por eso. 

 

 

V.E Siento que hay muchas falencias actualmente en los medios. Primero están los “grandes”. que pertenecen a consorcios o que tienen  muchos recursos, ellos se centran sus líneas editoriales en la música masiva, que es precisamente de la que espera informarse sus audiencias. Entonces, les dan lo que comercialmente les es más rentable. Lo que no necesariamente trae consigo la difusión de “mala música”, pero sí “la misma de siempre”. Por otro lado están los medios alternativos, que en su gran mayoría no cuentan ni con recursos económicos ni con anunciantes que financien al equipo, motivo por el cual sus reporteos son a pulso, suelen escribir periodistas o redactores no profesionales que lo hacen en sus ratos libres, por no ser su fuente de ingresos. Entonces incurren en intermitencia en el tiempo dedicado al medio, reciben apoyo de contenido por parte de las agencias que envían comunicados, que suelen replicar muchas veces sin previa revisión, y reportean muy poco porque significa gastar sus propios recursos en traslados. Suelen dar más espacio a proyectos musicales under y emergentes, pero con un alcance más acotado en audiencia en términos cuantitativo. Su fortaleza es que son de segmento, que quienes buscan música nueva lo harán en ese tipo de medios, precisamente, porque son más jugados y con una visión más amplia de la escena.

 

 

V.E Es importante entender que hoy no es suficiente con la calidad de la música y del sonido, los músicos deben aprender a moverse en la industria, trabajar con gente adecuada, desarrollar materiales de calidad como un dossier, un rider técnico, fotografías, arte para sus discos y merch, etc. Participar de talleres y actividades en las que puedan capacitarse en otras áreas y vincularse con más agentes de la industria y otros músicos, pero por sobre todas las cosas, deben sentarse con papel y lápiz a escribir sus objetivos, definir estrategia y acciones.

 

 

 

 

Por: Manu Head

Fotografía: Ricardo Byr