
Con nuevo baterista y un disco ad-portas de ver la luz, la banda retoma la senda que la convirtió en culto, entre la crudeza del pasado y la búsqueda de nuevas formas de caos sonoro. Acá una entrevista personal e intima con la banda hablando de lo que será su nuevo disco “Demons of Lust”
Claudia Toro (Zerovarius): ¿Cómo nace esta nueva etapa de Death Yell?
Pollo: Creo que la pandemia fue un punto de quiebre; antes, antes, nuestra motivación era tocar en vivo. Durante el encierro, aprovechamos de tomar un break largo – muy largo la verdad – y fue ahí que empezamos a pensar en armar un disco. Con Galleta, Chato y Watiu hicimos algunas teleconferencias y empezamos a gestar las primeras ideas del nuevo disco, que marca esta nueva etapa.
Watiu: Este disco empezó por ZOOM.
Pollo: Comenzamos a componer de forma muy improvisada. “Armen riffs, los mandan y los voy montando para empezar a retomar”, acordamos. Igual nos sirvió más que todo para estar conectados ya que la verdad tampoco compusimos tanto en ese período, pero sí le dimos vuelta al concepto y lo que queríamos lograr.
Claudia: ¿La idea era hacer un disco o solo querían mantener contacto y entretenerse en ese momento?
Pollo: El objetivo inicial era comenzar a hacer un disco, pero en realidad nos sirvió más para conversar y seguir conectados. Terminada la pandemia pensamos que ya era hora de reunirnos y concretar las ideas que habíamos juntado; todo eso aún sin baterista, por lo que también nos alejamos de los escenarios por un buen rato. Lúcuma llegó cuando el disco ya estaba casi en la mitad.
Lúcuma: Llegué a la banda en enero del 2023 gracias a Claudio Salinas, compañero en Trimegisto, y otros amigos en común quienes me avisaron que Death Yell necesitaba baterista. Trabajamos mucho puliendo los temas, pero fue un proceso divertido y que nunca había experimentado como ensayar un año con una batería electrónica en el departamento de Pollo. Era cómodo y no metíamos bulla pero la sensación que da una batería electrónica es muuuy diferente a lo que estaba acostumbrado…
Claudia: Fue una experiencia nueva porque tener que adaptarte a una banda que ya estaba armada y poniendo de tu cosecha para que funcionara bien, o sea, porque puede haber otros bateristas que pueden tener un estilo similar, pero no encajan…
Pollo: Sin olvidar la complejidad de que son temas nuevos. En otro caso metes a un baterista y le dices “Aprende el demo y escucha el disco” para que los interprete. Lúcuma en cambio estuvo analizando videos antiguos y me preguntaba “Oye ¿esto más versión Pato bala o más Clares?” (risas) … Pero impregnarse de lo previo para hacer algo nuevo es distinto y Lúcuma demostró lo aplicado y mateo que es.
Lúcuma: También trabajé en mi forma de mi tocar, en mi “approach” personal. Toqué muchos años en Inanna que era diferente, muy técnica y todo a tempo, los golpes tienen que ser más más definidos y precisos; todo más pulcro porque la música así lo requiere. En cambio, Death Yell tiene otra impronta, es mucho más caótico e intenso, mucho más vomitado y atropellado en los redobles y con técnicas que te van atrasando o acelerando intencionalmente.
Claudia: Cuando Pollo dijo que “Felipe Zará”, que tocaba en una banda tan técnica como Inanna, ahora estaría en Death Yell, lo primero que uno piensa es “¿Cómo se va a encuadrar o desarmar con el sonido caótico y sucio como de garaje?”, pero después de escuchar el nuevo demo se pude decir que ahora se escucha música…
Watiu: Claro, éramos jóvenes… (Risas)
Claudia: Muchos destacan a tres bandas del Death metal chileno ochentero: Sadism, Atomic Aggressor y Death Yell, reconociendo a los primeros como los más técnicos, a ustedes como su contraparte con un sonido sucio de garage y dejando a Atomic justo en el punto medio pero ahora con este nuevo trabajo su sonido se estaría acercando más a Atomic Aggressor que al Death Yell antiguo…
Pollo: ¡Chucha! Vamos a hacer toda la wea de nuevo mejor (Risas)
Watiu: Tampoco queríamos ser tan sonar tan lindo o prolijos, queríamos mantener la esencia, por ejemplo, los temas nuevos no son “A-B-Coro” x2, sino que siguen siendo medios caóticos…
Claudia: Mientras tengan a Galleta de vocalista van a seguir siendo caóticos ¿No? Porque por más técnica que quieran usar, su voz siempre va a ser el emblema de la banda.
Pollo: Yo creo que Galleta es uno de los mejores vocalistas de la escena y no hablo sólo de su calidad vocal sino también de cómo enfrenta la canción, la estructura y la hace propia y también la forma en cómo engancha con el público lo hace súper integral. Además es re-simpático y tiene anécdota de todo, cosas que uno ni se acuerda él ahí las tiene todavía. Más de una vez saca una historia que estaba oculta… (Risas)
Claudia: ¿Qué dice él del disco? ¿Cuál fue su aporte?
Pollo: El disco le gustó como quedó, considerando que la primera mitad de la composición básicamente lo armamos Watiu, Omar y yo. Galleta escuchó las primeras versiones y dijo “¡Puta! está muy limpio, muy ordenado… Pa’ chacalizarlo voy a tener que cantar encima y taparlo entero” y de hecho canta en tooodo el disco. Grabó las canciones varias veces, de repente grababa una y creíamos que estaba lista, “pasemos a la otra” y llegaba la otra semana que le tocaba grabar el tema tres y me decía “No, quiero volver al uno”, porque además es perfeccionista. Si una canción quedaba demasiado linda tenía que volver a grabar para que sonara más chacal y se pegaba un grito adicional. Suma que tiene buena oreja por que notaba diferencias que yo no, como ingeniero en sonido tiene ese plus de que no solo grita gutural y chacal, sino que cacha de sonido y de música.
Claudia: Él le da el alma a Death Yell pero ahora cuando se escucha el demo se nota que hay otra calidad de sonido mucho más prolijo en comparación a los trabajos anteriores y que quizás no sea del gusto de los seguidores del sonido previo más sucio…
Pollo: Ya nos pasó con el disco anterior que era muy distinto al demo y algunos fans probablemente se desencantaron, pero a la vez ganamos otros fans nuevos que no nos cuestionaban, más bien les gustó mucho el Descent into Hell. Al final creo que lo importante es que nosotros hacemos lo que nos gusta y tocamos la música para nosotros, nunca nos hemos puesto un límite ni nunca hemos dicho “Vamos a hacer Death Metal o Black Metal y si un riff no encaja en un estilo particular, pero nos gusta lo metemos y sale”. Nunca pensamos en si le va a gustar o no fan particular.
Claudia: Lo bueno es que la banda sigue viva y haciendo cosas nuevas a diferencia de otras que se repiten el mismo disco una y otra vez, estancadas y sin evolución por falta de iniciativas o ideas nuevas de nuevos integrantes…
Pollo: Igual un álbum cada diez o veinte años tampoco es que sea un tremendo trabajo… (risas)
Watiu: Hemos hablado muchas veces que hay gente o sellos que quieren grabar el mismo disco veinte veces, que cambie un poco el ritmo o las partes pero que tengan el mismo sonido de hace treinta años y para mí eso no permite a la banda desarrollarse, la coarta.
Claudia: (a Watiu) Y este el primer disco que tocas guitarra ¿es muy diferente en cuanto a la percepción de instrumento?
Watiu: Sí, dos cuerdas más (risas). Bueno, en el demo el bajo no se escuchó (más risas). En el Descent me gustó porque se siente que tiene presencia, otras líneas y no solamente la línea melódica sino que hay otras variables. Yo aprendí a tocar guitarra y siempre fui guitarrista de alma, pero en la banda me obligaron a llenar el último puesto, el único cargo que estaba disponible (aún más risas).
Pollo: Así que estuvo serruchando el piso como treinta años (risas).
Watiu: Todo lo que compuse para el bajo siempre fueron pensadas con la guitarra y después se llevaba al bajo. Cuando el Pulga se fue les dije que yo estaba calificado para el puesto, me lo merezco así que no pongan aviso (risas)
Claudia: Deberías haberle serruchado el piso al otro guitarrista…
Watiu: Es que el otro guitarra es más como el jefe, como el dueño… Por otro lado, este disco fue súper heterogéneo en su génesis, en su desarrollo y yo creo que se nota un poco de los temas.
Claudia: ¿Le tienen más cariño a este disco?
Watiu: Para mí el mejor disco que hemos hecho…
Pollo: Coincido con Watiu, creo que de verdad es mejor ¿por qué? El “Vengeance from Darkness” es un demo en otra dimensión, éramos cabros llenos de odio y no teníamos idea de lo que estábamos gestando. Para el “Descent into Hell” había un nivel de presión a lo mejor no explícita, pero el hecho de “que han pasado veinte años para sacar un disco”, “hay que mantener el nivel”, “Hay que ser chacal, pero no sonar mal” o “sonar bien pero no tanto” yo creo que nos comprimió y nos hizo sacar un disco a lo mejor un poco apretado, menos suelto. Este nuevo trabajo en cambio fue como “Hagamos un disco, la hueva que nos gusta y listo” Ya nos da lo mismo a esta altura de nuestra vida y fue mucho más fluido como dice Watiu, además fue bien participativo, o sea, Chato, que también es como “el nuevo de la banda”, aunque tiene varios años en el grupo, también participó en la composición y Watiu tiene muchísima más participación que en los anteriores.
Claudia: Quienes los conocemos de hace años quizás sentíamos que no habían evolucionado o que quizás les faltaba variedad o arriesgarse un poquito más a experimentar, pero los dos temas del nuevo trabajo que mandaron es otra banda y se nota…
Watiu: Hay como un estilo para tocar que te da una identidad, pero yo creo que eso se abrió un poco cuando llegué a la guitarra porque eso me interesaba una raja. Me refiero a una forma de tocar más interpretativa que preocupados como técnicos o ingenieros de sonido.
Claudia: ¿Sintieron en algún momento que estaban haciendo el nuevo disco por obligación o fue más bien un gusto?
Pollo: No teníamos ninguna necesidad ni obligación de hacerlo, incluso sabíamos que teníamos más que perder que de ganar. De hecho la pensamos haaarto y al final dijimos “Bueno, hagámoslo y veamos cómo sale; si nos gusta lo dejamos sino, no”. Cero obligación, pero teníamos como medio oculta esa necesidad de crear algo nuevo.
Watiu: Con el Descent era como una auto presión de tener un disco que se dio después de que estuvimos muertos harto rato, luego volvimos e hicimos el split con Atomic Aggressor que fue bien recibido y que nos sirvió como piloto para seguir tocando y creando más que por sentirlo como una obligación.
Claudia: ¿Qué le falta al disco?
Pollo: El disco está grabado entero y en proceso de masterización por Felipe Romina Ortiz, quien hace poco nos envió en digital una primera versión del master. Si todos quedan contentos será la última. La carátula la hice yo y está lista, pero la diagramación con Photoshop se ha demorado más que la mierda (risas)… pero tampoco tenemos una presión de una fecha límite ya que no tenemos compromiso con algún sello aún.
Claudia: ¿Quién da la última opinión del sonido del disco?
Pollo: El productor es quien da la última opinión y en este caso es Zapallo. En la etapa de mezcla todos dimos opinión, por ejemplo, Lúcuma decía “Este bombo quedó mal” o “Me faltó un tomb” o la típica del bajista: “Yo no me escucho” (risas). Ahí participamos todos en los ajustes hasta que llegó una de las últimas versiones y desde ese momento dijimos: “De aquí ya no escuchamos más porque si no termina nunca” y se dio un corte. De ahí en adelante, empieza la masterización y desde ese momento solo ellos la revisan. Si me preguntas, yo no noto diferencias entre la versión seis y la siete… son idénticas (risas), pero me enviaron un gráfico que presenta no se qué de las frecuencias que les sacaron de acá y le pusieron otras de allá… mientras la intención y brutalidad del tema se mantenga, confiamos.
Lúcuma: En cuanto a la batería yo preferí hacer algo acústico, a la antigua usanza, con micrófonos y listo. Nada de trigger para sonar más grande ya que concebí el sonido desde la grabación y en la mezcla solo hicimos ajustes básicos.
Pollo: Eso es cierto, no usamos nada digital en la grabación, todo análogo: distorsión de tubos, cajas con buenos parlantes y todo microfoneado a concho.
Watiu: La otra gracia es que grabamos sin metrónomo justamente para darle esa libertad y soltura. Fue una declaración “No nos amarremos el metrónomo”. Entonces nos dimos ciertas libertades para cambiar de velocidad y acostumbramos. Por ejemplo, cuando grabamos la guitarra y notábamos que algo no quedaba perfecto decíamos “¡Chao! Es Death Yell” en general, todo salió casi a la primera…
Claudia: (En un pequeño break escuchamos una de las nuevas canciones) Inconfundible, es desordenado pero a la vez se nota que ya tiene otra estructura. ¿Cómo explicarlo? Escuchar Death Yell antes era como un bombardeo en cambio escucharlos ahora es otra cosa. A mi gusto es bueno, se fortifican.
Pollo: Lo bueno es que acá no hay egos que coarten al resto de participar en la composición. Pese a los años que para algunos puede ser argumento para establecer lineamientos demasiado férreos o censuras de cualquier tipo en Death Yell todos aportamos y construimos durante la composición.
Lúcuma: El proceso creativo es mucho más libre con Death Yell, todos aportan. Desde el principio noté que estaban dispuestos a escuchar y aceptar propuestas cuando toda la banda estuviera de acuerdo. A diferencia de otros espacios bien conocidos acá no fue el clásico “Oye, este loco llegó recién y está dando consejos…”
Claudia: Desde el público se notan detalles como las luchas de egos, las miradas delatoras o errores arriba del escenario…
Lúcuma: Hay un trabajo adicional a componer, que es el manejo del escenario y siempre va a haber errores. En lo personal hay cosas que quedaron en este disco que le dan el factor humano, cosas que no son replicables por inteligencia artificial o un trigger, ya que no buscan perfección de golpes sincronizados al milímetro y en vivo si cometo un error o pasa algo me cago de la risa y que siga el show no más. Me tranquiliza que hasta los trabajos de bandas legendarias que uno tiene como referente su baterista igual se manda un cagazo y no le pega bien al plato, por ejemplo.
Claudia: Sobre las presentaciones recordé una de Slayer en el Movistar Arena que fue super mecánica y fría, incluso se veía como una coreografía sin vida de Tom por delante, el resto atrás y con un gesto cambiaban de lugar casi sincronizados. Luego vi cómo repetían calcado ese show en Argentina incluyendo las interacciones con el público. Pasa con las bandas grandes pero también se ve con bandas más underground… ¿Qué pasa con las bandas que se suben al escenario a solo hacer su pega y chao? ¿Se aburren de su “pega”?
Lúcuma: Es muy distinto tocar una vez cada tanto tiempo que tocar en un tour de cien fechas donde todo se hace rutina. Todo se mecaniza en pro de que no afecte una presentación o se note un mal día ya sea por el cansancio de los viajes o una resaca si le pusiste la noche anterior. Por otro lado es distinto tocar en un local como MiBar o en un estadio donde el espacio es gigante ya que la gente no está al lado tuyo… manejar los distintos tipos de escenarios es importante.
Claudia: Continuando sobre las presentaciones doy un ejemplo, Pentagram no cambia su presentación si los ves en MiBar o teloneando a Judas Priest, son los mismos… pero antes que me cuelguen los menciono de buena forma: no es difícil darse cuenta de su técnica, complicidad y su training tanto en escenarios chicos como en los grandes que los hace una de las mejores bandas de Chile mientras que a otras bandas, ya sea como Slayer haciendo su pega u otras locales más underground que no nombraré, que carecen de esa química ¿Cuál es su visión sobre eso?
Pollo: Si te fijas nosotros somos casi lo mismos integrantes desde el principio y los que ya no están son por situaciones súper específicas. Es por eso que tratamos de ser más un grupo de hueones amigos que la pasan bien más que ser el músico perfecto ¿Cachái? Ninguno de nosotros es un tremendo músico pero nos llevamos bien, tenemos fiato y eso prima y se transmite.
Watiu: Igual nosotros descansamos caleta en Galleta para la perfomance…
Pollo: Y a Galleta lo aman o lo odian. No hay punto intermedio.
Watiu: Yo encuentro que Galleta es súper identitario de la banda y, sobre lo que estábamos hablando, el hecho que no hemos cambiado tanto de integrantes permite precisamente mantener esa química y al final eso es lo que trasciende.
Claudia: ¿Qué es lo que falta decir de este disco?
Pollo: Tratamos de darle un aire más conceptual que los anteriores trabajos. Es básicamente un descenso a lo más oscuro y corrupto de la condición humana, especialmente en lo que respecta a la hipocresía y la doble moral ligada a lo religioso. Queríamos retratar esa perversión oculta detrás de símbolos de pureza, y creo que se refleja tanto en la música como en las letras; obviamente en el lenguaje blasfemo, agresivo y sin filtro de Death Yell; crudo y sin metáforas de por medio.
Watiu: Sí eso también fue ex-profeso… No es que “salió así” sino que lo pensamos.
Pollo: Está satánico, no en el sentido de que adoramos Satán sino demoníaco… podrido. El disco representa exactamente lo que queríamos expresar: oscuridad, violencia y esa esencia blasfema que siempre ha tenido Death Yell, pero con un sonido más sólido y trabajado.
Claudia: ¿Qué se viene ahora al sacar el disco?
Pollo: Nos han invitado a tocar caleeeta, incluso en eventos grandes, a los que debimos haber dicho que sí (risas) pero queremos ir paso a paso. Primero sacar el disco y después veremos si salimos a tocar en una gira para promocionarlo.
Watiu: Pero igual como somos nosotros, o sea, selectivos…
Pollo: Sí, pajeros (risas) La verdad es que tampoco queremos andar recorriendo el mundo durmiendo en los bares o en la calle. Eso lo hicimos en los ochenta. No nos mata una invitación para salir, es entretenido sí, por ejemplo cuando nos invitaron al Nuclear War Now Fest, ya estando en Berlín se nos facilitaba hacer una gira por Europa, unas seis fechas, algo pequeño. Pero le dimos prioridad a pasarlo bien como amigos más que como una banda, nos mandamos una semana de carrete… Lo que pasó en Berlín quedó en Berlín (risas)
Claudia: ¿Cómo lo que les pasó a Atomic Aggressor cuando viajaron a Estados Unidos con una fecha en cada lugar y prácticamente durmiendo en una VAN?
Pollo: Lo haría si es que va asociado a pasarla bien y para quemar esa experiencia, pero nunca ha sido nuestro objetivo como banda.
Watiu: No somos la banda clásica que quiere hacer esa huevada o que quiera hacer diez fechas en doce días. Siempre hemos sido selectivos y más desde que volvimos el 2012. Siempre hemos tenido muchas invitaciones pero la huevá de tocar todas las semanas era antes, en los ochenta, en la Sala Lautaro.
Pollo: Y esto no tiene que ver con un tema de plata, porque por ahí también decían “Ah! Vuelven por la plata”… ¡Weón! ¡No hay plata! ¡Nunca la hubo! Al contrario, mientras más tocai más perdí… (Risas)
Watiu: Es que se nos acabó la plata del disco anterior… (Risas)
Pollo: Pero si salen tocatas entretenidas por supuesto que vamos a participar, pero por otro lado si nos invitan a Wacken por mencionar uno conocido, no sé si me gustaría porque sabemos que vamos a ser el último grupo abajo cayéndose del cartel, a las dos de la tarde con unos pocos huevones. ¿Queremos eso? Mejor vamos al festival a huevear, a pasarlo bien, a conversar, a ver otras bandas… y tocamos después en un bar chico, más under, pero lleno de fans de Death Yell que si nos quieran ver y escuchar.
Watiu: Aparte que si nos invitan ¿Tú creí que nos van a pagar los pasajes?
Pollo: Eso es la otra cosa, hay muchas bandas que pagan por tocar y esa huevá jamás lo hicimos, nunca.
Watiu: De hecho, por eso nos pelaron algunos productores, porque cobrábamos…
Claudia: ¿No aceptaban cervezas como pago?
Pollo: Hubo algunas a beneficio y otras en que no cobramos por nuestra amistad con Zapallo o con los organizadores.
Claudia: Pero no sacaron plata de su bolsillo para tocar…
Lúcuma: No vamos a dar nombres mejor (Risas) Si estás en la SCD y teloneas a una banda de afuera y haces los cálculos de lo que te van a pagar, a lo mejor en la suma y resta sales ganando, he escuchado casos por ahí, pero en lo personal, chao. Otro caso es cuando te invitan a un beneficio o una causa, ahí uno puede hacer vista gorda y darle, pero si me dicen “Oye sé que hay una tocata en la pica de no sé dónde y va a ir veinte personas…”, mejor me quedo en casa. A lo mejor antes cuando era pendejo, pero ahora uno va viendo bien dónde tocar y como también uno pone ciertos mínimos requerimientos técnicos no cualquiera te va a llamar. Automáticamente se genera un filtro.
Watiu: La verdad que nosotros nunca fuimos tan ávidos con tocar, onda ir a tocar a un lado a las nueve y después a las doce… chao.
Claudia: Productores fuera de Santiago me ha consultado por contactos de bandas para que vayan a tocar a regiones pero al mencionar detalles automáticamente dicen “La banda se tiene que pagar la VAN” y que no ponen el transporte, por ejemplo. Se entiende que obtener ganancias o quizás solo no ir a pérdida con una tocata ya es difícil, pero por otro lado eso no debería ser a costo del esfuerzo de las bandas pagando miserias y, de paso, ahorrándose los costos del transporte que es algo mínimo. Si eso ya ocurre en en ciudades cercanas como Valparaíso o Viña pensar en tocar en regiones más lejanas como La Serena o Concepción hace que viajar a regiones no valga la pena por tan poco…
Lúcuma: En algunos momentos hemos dicho “Ya, si no me vas a pagar, por lo menos que yo no tenga que poner un peso de mi bolsillo” ¿Cachái? Y allá la producción se hará cargo todo lo acordado, como transporte, alimentos o lo que sea pero todo es relativo por que todo se hace de formas distintas, bandas que cobran más que otras y otras que no… insisto, todo es súper relativo.
Pollo: Igual el tema de las lucas no es un punto de decisión, creo que todos hemos participado en más de una tocata donde hemos perdido, pero porque había algo que nos interesaba como para ir, tocar y pasarla bien. No quiero que te quedes con la impresión de que no vamos por lucas o cosas por el estilo. De hecho, estamos super agradecidos de los productores con quienes hemos trabajado desde nuestro regreso el 2012; hemos tocado en muchos lugares donde no pudimos ir en los 80: Arica, Iquique, Rancagua, Coquimbo, Valdivia, Puerto Montt, Puerto Natales, etc… Perú, Alemania.
Claudia: Se entiende también por lo que decías que cosas como esas las hacían cuando tenían dieciocho años, onda tomar un bus con la guitarra de palo y tocar donde fuera pero a esta altura ya no tanto y no porque uno esté viejo sino porque ya existen los medios como para que alguien que organice una tocata te pueda pagar un transporte y alojamiento si corresponde.
Pollo: Nosotros priorizamos que se cubriera el transporte y el pago a los técnicos como Zapallo, Wawa o Caroca cuando nos acompañaban, como mínimo… porque para ellos si es su trabajo, son profesionales.
Claudia: Hace poco vi a “Diabulus” y conversé con Felipe Vuletich, y su baterista, un chico de otra generación que me dijo que estaba alucinado, que tocar en esa banda era casi como un sueño cumplido. ¿Qué se siente entrar como nuevo a la banda que seguias?
Chato: Para mí el proceso de integración a la banda fue cero traumático porque nos conocíamos desde antes pero además nuestros caracteres son bastante compatibles. Entonces fue agradable, además que Death Yell es una banda organizada, donde todos somos responsables con lo que tenemos que hacer y eso era lo que lo que buscaba para en un grupo. Así que fue un proceso que se dio natural y al estar tocando con mayor razón porque en cierta forma fluimos, nos complementamos bien y la banda agarró un fiato que creo que necesitaba así que parece que caí paradito en la alineación.
Por otra parte, el proceso de composición tampoco fue complejo porque es una banda madura, por lo tanto cuando hay algo que no nos gusta tenemos la capacidad de decirlo y expresarlo sin crear conflicto y como somos adultos también el que recibe el rechazo lo puede procesar de buena manera.
Además, Death Yell es una banda bastante particular dentro del Black Chileno, por los parámetros y estética que desarrollamos y que, además, es bastante libre en términos de composición. Todo lo podemos llegar a conversar y llegar a acuerdo. Eso es lo más valorable que tiene la banda y el tocar en una banda madura donde “el Satanismo va por dentro” y no es una cuestión de marketing para nosotros por lo tanto desde ese punto de vista las cosas fluyen.
Watiu: Un ejemplo, cuando Chato empieza a tocar bajo yo lo miraba y le decía “en esa parte hago tal cosa” y nunca pescó. Después de un rato pensé “Chao, ese puesto ya no es mio” y eso habla un poco también de la tranquilidad o la libertad que tiene cada uno para desarrollar su instrumento.
Lúcuma: Solo quería agregar que nunca sentí que audicioné. Como que llegué, nos juntamos, empezamos a sacar los temas e hicimos un disco. Me sentí siempre súper bienvenido y eso siempre se agradece tanto como la buena disposición para escuchar alguna sugerencia u observación considerando que soy alguien que tiene poco tiempo en relación a lo que lleva la banda haciendo música. Eso es super respetable
Pollo: Me acuerdo que un día me llama Zapallo como a las once de la noche y me dice “Escucha, te tengo baterista”. Se escuchaba puro ruido de fondo, hueón. (Risas) Era Lúcuma que estaba tocando con Trimegisto en MiBar. “¿Lo conocí? ¿Es buena onda?”, le pregunté. “Sí, es buena onda”. Y es eso, si Zapallo le daba el Ok no necesitábamos tanto hueveo.
Claudia: Opinión personal ahora, pero espero que estés harto rato en Death Yell, o sea, es la idea.
Lúcuma: Estoy súper tranquilo y estoy bien con los Death Yell. El proceso el disco ha sido súper bueno y de ahí veremos qué vamos a hacer, cuándo vamos a tocar y esas cosas. Estoy disfrutando lo que está pasando. No es que tenga un horizonte o que voy a estar tantos años; sí tengo que planificar ya que tengo otros proyectos en los que estoy trabajando y lo que pueda pasar más adelante no sabemos. Pero estoy súper a gusto con los chicos. Es lo más importante
Claudia: Cuando le pregunté a Pollo quién era el “Lúcuma”, por que yo no te conocía por ese apodo…
Pollo: Ese es un requisito. Si no tiene apodo no puede pertenecer a la banda; nada de Felipe Zará, no encaja, todos tienen sobrenombre acá (risas).
Claudia: Y yo dije “A ver, ¡Espérate! Inanna, es pedazo de banda ¿Para qué estamos con cosas? No cualquiera tocaba ahí, entonces “Lúcuma” es peso pesado…
Pollo: Un poco. bueno, si bien no tiene pelo, tuvimos que chasconearlo un poco para se olvidara de ser tan cuadrado, de tocar con metrónomo… (Risas)
Watiu: Y tocar más rápido. El único feedback de Pollo fue “Más rápido, ¡Más rápido!”
Lúcuma: Los chicos me mostraban las maquetas y los riff estaban como a cierta velocidad y pensaba “¡La velocidad de las maquetas es intocable! ¿Podré llegar y proponer un cambio?” Entonces eso fue el trabajo. Al principio yo respetaba mucho las maquetas pensando que eran más definitivas y sí, en algunos aspectos así era, pero en otros eran referenciales, en el sentido que no estaba todo definido salvo a lo mejor un riff o cosas como muy centrales. Entonces después de unos meses empezamos a escuchar los temas, hicimos una repasada como un compendio de los primeros ensayos y pensaba “algo le falta, algo le falta”. Entonces dije “¡Ya! Voy a tirarme a hacer cosas. Si a los cabros les gusta bien y si no, no”. Entonces ahí agarró otro carácter el disco y empezó a avanzar de manera súper orgánica. Escuchando la última mezcla si bien hay unos errores, un factor humano, tiene una esencia que es súper buena y el disco está súper bueno y en verdad tiene como sus cosas. Obviamente los tiempos son diferentes, han pasado muchos años desde el demo y, además, la trayectoria de cada uno es distinta entonces obviamente hay cosas que van a ser diferentes pero de que hay un alma ahí presente, la hay.
Claudia: Como les como les decía encuentro que Felipe – Lúcuma es un excelente aporte y esto es como un Death Yell 2.0. Como que se resetearon, se renovaron y crecieron.
Pollo: Tal vez me hubiera gustado que hubiera pasado antes no más. Si bien la pandemia nos pegó a todos, sí hay muchas bandas que aprovecharon el tiempo, porque a lo mejor ya estaban con proyectos andando y al terminar la pandemia salieron varios discos. En nuestro caso recién ahí empezamos entonces pucha a lo mejor lo hubiéramos hecho antes pero esos fueron nuestros tiempos.
Claudia: Pero es que también va con la esencia de ustedes del relajo que tienen para hacer las cosas entonces , como tú decías, “Nadie los apura”. Entonces igual le sacaron provecho a las circunstancias y fue para mejor aparte que también les dio el tiempo para afiatarse tanto en sus nuevos puestos como en los nuevos sonidos. Encuentro que todo todo ocurrió como tenía que ocurrir.
Pollo: Entonces hay que esperar el disco no más y gracias por la entrevista.
Claudia: Que salga luego si po…
Pollo: Es que ya no depende de nosotros, el mercado es el mercado y hay que ponerse a la fila no más. Los sellos le dan más prioridad a bandas más grandes, Taylor Swift tiene copada no sé cuántas fábricas de vinilos (Risas). Podríamos sacarlo digital pero nuestro público no es digital, es de vinilo, de cassettes. No tiene mucho sentido salir hoy día en Spotify con el disco si el disco vinilo va a estar en seis meses más; hay que esperar no más.
Claudia: ¿Y qué pasó con el sello que los llevó a Berlín?
Pollo: Nuclear War Now es el sello perfecto para el demo y todas las reediciones que han venido del demo. Si tú cachay el roster de ese sello son puras bandas como Blasphemy, Von, puras bandas true de la vieja escuela. Con Yosuke tenemos muy buena relación; él me dijo desde el disco anterior “Yo no quiero hacer discos nuevos con ustedes, quiero hacer el demo mil veces” (Risas). Bueno tampoco mil veces; sacó el compilado “Morbid Rites” súper bien producido, una versión del demo en Picture Disc y ahora sacó esta reedición del demo en color negro que se acabó altiro en pocos días. Después salió el blanco y entiendo que le ha ido súper bien pero el Death Yell nuevo no es su foco, no encaja dentro de su estilo y está súper bien, es súper válido. En el caso de Hells Headbangers me ahuevoné yo creo, porque le avisé que íbamos a empezar a grabar, pero no hicimos ningún plan concreto y ahora que terminamos me respondió que recién para fines del 2026 tenía un espacio. Entonces empecé a evaluar otras alternativas… pero ya tarde.
Claudia: ¿Terminamos la entrevista y comenzamos a celebrar el cumpleaños de Felipe?
Palabras para el cierre
Pollo: como bien sabes nosotros no somos mucho de entrevistas, más bien somos bastante low profile, por lo que agradezco que nos hayas recibido en tu casa, fue una conversación bastante relajada y la pasamos muy bien.
Aprovecho de mandar un gran saludo y agradecimiento a los lectores de Zerovarius y fans de Death Yell; tanto a los viejos de la Lautaro que siguen ahí apoyando como a los nuevos… pasamos bastante tiempo bajo las tinieblas, pero ya pronto estaremos de vuelta. ¡Seguimos vivos gracias a ustedes!
¡Ya luego estaremos compartiendo noticias del nuevo disco! ¡Solo les podemos adelantar que está bestial, blasfemo y podrido!
NOTA DE LA EDICIÓN.
A la fecha de la publicación ya tenemos novedades del nuevo disco de Death Yell, que lleva por nombre “Demons of Lust” y que sí será publicado por el sello Hells Headbangers a fines de este año.
El disco viene precedido por un demo de 2 temas en formato vinilo 7”, que ya se puede escuchar y está disponible en el sello Seven Metal Inches Records de Alemania.
CLAUDIA TORO