
En una jornada inolvidable para la historia del rock, Black Sabbath y su vocalista original, Ozzy Osbourne, ofrecieron este sábado su despedida oficial en el estadio Villa Park, bajo el nombre “Back to the Beginning”. El evento, que convocó a más de 40.000 asistentes en la ciudad donde todo comenzó, fue mucho más que un concierto: fue el cierre ceremonial del ciclo que dio origen al heavy metal.
A lo largo de más de diez horas de música, la velada reunió a artistas de varias generaciones en un homenaje colectivo al legado de Sabbath y Ozzy.
El momento central fue la tan esperada reunión del cuarteto original: Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward y Ozzy Osbourne quienes interpretaron juntos cuatro himnos inmortales: “War Pigs”, “N.I.B.”, “Iron Man” y “Paranoid”. Fue la primera vez en más de 10 años que los miembros fundadores compartieron escenario, marcando un cierre potente y emotivo.
Aunque su salud limitó su movilidad, Ozzy Osbourne fue el núcleo emocional del evento. Desde su trono característico, entregó interpretaciones sentidas de temas como “Mr. Crowley”, “I Don’t Know” y “Mama, I’m Coming Home”. Su voz, aún firme, y su entrega fueron celebradas por el público asistente.
“Esta ha sido nuestra vida. Y también la de ustedes”, dijo Ozzy antes del cierre, en una frase que quedó grabada en la memoria de todos.

Artistas invitados y supergrupos
La jornada también incluyó la participación de dos supergrupos, integrados por músicos de renombre como Lzzy Hale, Steven Tyler, Jake E. Lee, Scott Ian, Sammy Hagar, Nuno Bettencourt, Travis Barker y Ronnie Wood. Juntos ofrecieron versiones potentes del repertorio de Sabbath y Ozzy, manteniendo el espíritu del evento.
El cartel se completó con actuaciones de Metallica, Slayer, Tool, Pantera, Guns N’ Roses, Anthrax, Gojira, Alice in Chains, Mastodon y otras bandas de la escena internacional. Cada una preparó sets especiales, muchos de ellos con guiños y covers sabbathianos, reconociendo la huella del grupo en el ADN del metal.
Bajo la dirección musical de Tom Morello, el espectáculo fue técnicamente impecable y artísticamente cuidado. La puesta en escena evitó los excesos visuales para priorizar la música, la emoción y el respeto. Las proyecciones durante temas como “Iron Man” y “Crazy Train” rindieron homenaje al universo estético de Sabbath con elegancia y sobriedad.
Todas las ganancias del evento fueron donadas a causas benéficas, incluyendo Cure Parkinson’s, el Birmingham Children’s Hospital y organizaciones comunitarias.
Un adiós conjunto, un legado eterno:
“Back to the Beginning” fue una despedida doble, honesta y monumental. Black Sabbath cerró su historia donde la comenzó. Ozzy Osbourne se despidió como un símbolo cultural que trasciende estilos y épocas.
Su legado hecho de oscuridad, distorsión y autenticidad seguirá resonando en cada banda que los suceda, en cada escenario donde se levante un riff pesado, y en cada fan que alguna vez encontró en su música una forma de pertenencia.
Por: Tia Hiperion