Tuvieron que pasar largos 12 años para que la banda dos veces nominada a los Grammy pisaran nuevamente tierras chilenas. 12 años donde la banda lanzó 2 albums (Erase Me (2018), Voyeurist (2022)), y marcados por una separación y reincorporación de un integrante original.
Fue un show bastante esperado y la afluencia al Teatro Teletón lo hizo notar. Un lleno total, que esperaba con ansias este 2 regreso de la banda.
A eso de las de las 8:50 se apagan las luces y suena la industrial Take a Breath de su último disco Voyeurist, regresando al 2006 con Writing On The Walls y In Regards To Myself.
Luego vendría uno de los himnos de su última producción, la introspectiva Hallelujah, un tema potente, cantado a coro por sus fans.
Una puesta en escena muy potente donde destaca la alteración de voces con Aaron Gillespie, baterista que regresó a la banda para esta segunda etapa. Es así como suena It’s Dangerous Business Walking Out Your Front Door y la desgarradora Breathing In a New Mentality, un tema brutal con toques de death metal. Para seguir en la línea Illuminator otro corte brutal derechamente a la cabeza, haciendo bailar y moshear a todos incluido su guitarrista Tim McTague quien además de moverse por todo el escenario, lucía unos notables shorts tipo Caszely.
Ya en la mitad del show, bajan las revoluciones con Too Bright To see, Too Loud to Hear dando un respiro a la demencia, con un tema bien pop a momentos, con un sonido bien de principios del 2000.
Reinventing Your Exit sigue la sonoridad melódica, menos compleja, lo mismo con You’re Ever So Inviting.
Spencer Chamberlain a esta altura nos invitaba a cantar cada vez más fuerte para que no fuesen 12 años la espera para el cuarto show de la banda, y claro que se notó.
Le sigue el tema Let Go, donde el tono de voz me recuerda un poco a RATM e In Flames, un tema enérgico con toques jazzeros al medio.
Vuelve el sonido brutal con la visceral Damn Excuses un tema lleno de energía.
Se acerca el final y viene Down, Set, Go de su disco They’re Only Chasing Safety volviendo a esos coros armonizados, bien melódicos.
Es hora de la despedida y nos invitan a los últimos dos temas A Moment Suspended In Time, cerrando con A Boy Brushed Red Living In Black and White.
Sin lugar a dudas un show de primer nivel, gran puesta en escena, gran energía de la banda que lo dió todo, juego de luces, y el público lo agradeció con un gran convocatoria fieles al mensaje de Underoath.
Esperemos que no sean 12 años más para verlos en su cuarta venida.
Por: Rainer Hemmelmann Aguilera
Fotografías: Manu Head
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